Qué tal gente. Ahora que estamos en semana de "clásico" me apetecía hablar de otro clásico, uno con menos rivalidad en la calle pero de muchísima rivalidad en el campo. Hablo del "clásico" que jugaron este domingo pasado los New England Patriots contra los Indianapolis Colts. Sí, sé perfectamente que estos dos equipos no son los más clásicos de la NFL. Sé perfectamente que ni siquiera están en la misma división y que sus aficiones no tienen la rivalidad que pueden tener otras de la NFL. (EDITO:Para los que anden más flojos de historia os cuento que los Colts antes jugaban en Baltimore y que pese a la mudanza compartían división con los Patriots hasta 2001.Gracias a @arseninlalala por el recordatorio). Sé también que ni siquiera son los equipos más laureados de la historia. Tengo en mente todas esas cosas. Pero en un deporte tan igualado, donde (por fortuna) no hay bicefalia, donde no hay las desigualdades que existen en Europa y donde cada año equipos nuevos pueden aspirar a ser campeones… me tendréis que reconocer que no ha habido en la última década dos equipos con la rivalidad deportiva y con el dominio de estos dos. Y como no podía ser de otra manera los dos equipos tienen dos quarterbacks que no solo pasarán a la historia por entrar en el Hall of Fame, sino por tener uno de los piques deportivos más marcados que se recuerdan. Como casi todos sabréis hablo de Tom Brady y de Peyton Manning.
La historia de estos dos quarterbacks es casi antagónica. No me quiero entretener en su vida y milagros (ojalá algún día tenga tiempo para hablar largo y tendido de esta rivalidad, ¿será en los playoffs?) pero os cuento los highlights para los menos enterados. Uno (Manning) es hijo del también quarterback y mítico jugador de los New Orleans Saints Archie Manning. Su vida giró desde el inicio por y para el football, y su progresión fue el modelo a seguir por toda futura estrella del deporte: el mejor de su instituto, el mejor de su universidad y elegido número 1 global en el draft de 1998. Desde entonces ha sido siempre titular con los Colts y no se ha perdido ni un solo partido, incluyendo la victoria en la Super Bowl en la temporada 2006. Por el contrario Brady ha sido el ejemplo a seguir para todos aquellos jugadores que aspiran a ser estrellas que reman a contracorriente. Fue elegido en la posición 199 del draft del 2000 por los Patriots y empezó como 4º quarterback de la plantilla. Sólo un año después ganó la titularidad en la tercera jornada (ante los Colts por cierto) y esa misma temporada acabó ganando la Super Bowl, hito que repetiría hasta en dos ocasiones (2003 y 2004). En todo este tiempo, especialmente al principio, Brady se convertiría en la bestia negra de Manning ya que "arruinó" su deseada supremacía privándole de llegar a dos Super Bowls, siendo más laureado y apoderándose de varios de sus records (en especial el de touchdowns en una temporada y la perseguida temporada perfecta). Para el que no lo haya visto no os perdáis la penúltima versión de la rivalidad, el partido de la temporada 2009:
Pero me centro en el partido del domingo pasado, (tenéis el resumen más abajo, intentad buscar las 7 diferencias con el de 2009). Qué gustazo verlo. A mucha gente le parece aburrido el juego de los dos equipos. Y ojo, entiendo que no fue lo más espectacular del mundo porque ambos equipos (sobre todo los Patriots) renunciaron a las big-plays con las que nos deleitan otros jugadores de moda como por ejemplo Michael Vick. Pero fue el mayor despliegue de football-control que he visto esta temporada. Los dos quarterbacks parecían dos ilusionistas que jugaban a su antojo con los cuerpos y las mentes de los 11 defensas y el coordinador defensivo rival. A veces daba la impresión de que Brady estaba disfrutando tanto en el campo que el hecho de marcar un touchdown le parecía demasiado fácil y prefería esperar a un 3rd&goal para ensañarse con esa defensa plagada de bajas de los Colts. El primer tiempo sólo dio para 3 drives ofensivos de los Patriots. 21 puntos. ¿Ya no está Randy Moss? No importa, renuncio a esa amenaza profunda y a cambio te saco mi arsenal de armas ofensivas para destrozarte. Toma ya. ¿Hay alguien capaz de aguantar esto?
Pues sí, ese señor se llamaba Peyton Manning. Empezó con problemas, interceptado nada más empezar, pero esa sensación no duró mucho. En cuanto el pass-rush de los Patriots volvió a su estado natural (es decir, a no existir) el partido se puso de cara para el 18 de los Colts e hizo lo que quiso con los yogurines de Belichick. Empezó a mezclar las aparentemente inofensivas carreras de Donald Brown con los pases a su mermado cuerpo de receptores y a la que les pillaba en un play-action pass…primer down que te cayó. Y así un partido que prometía ser un paseo para los locales acabó en un final de infarto. 31-28 a falta de 5 minutos.
Y no me digáis que no tuvisteis un deja-vú que no os creeré. De pronto un partido dominado por los Patriots acababa pendiente de que consumieran el tiempo con una última posesión. Balón en su propio campo, más de 4 minutos restantes, Manning "on fire" esperando como un perro de presa en la banda, la defensa sin dar ningún síntoma de poder pararle… Esto apestaba al partido de 2009. ¿Qué ocurriría si los Patriots llegaran a otro 4th&2? Madre mía, no me podía creer lo que estaba viendo. Pero fueron más las yardas que necesitaban para conseguir el primer down y los Patriots (esta vez sí) pegaron el punt y dejaron el partido en manos de su defensa. La cosa pintaba muy mal para los de Boston, Manning ya había metido a su equipo en rango de field-goal para empatar y tenía tiempo más que suficiente para conseguir un TD que visto lo visto en la segunda parte parecía pan comido.
¡Pero esto es la NFL amigos! De pronto el señor con el Pentium instalado en el cerebro cató lo que ya había olvidado que existía: la presión de los Patriots. Su mejor pass-rusher, Tully Banta-Cain, hacía cambiar (solo lo justo) la mecánica de lanzamiento de Peyton de tal manera que el balón no fue a donde quería, y sí a las manos del safety Sanders. GAME OVER. No me creía el final. De los 22 hombres sobre el campo cometió un error el último que se nos podía pasar por la cabeza. Además salió a la luz uno de sus pocos defectos: el exceso de confianza. Si renuncia a ese lanzamiento y busca una alternativa (véase otro pase, tira el balón fuera o incluso acepta un sack) probablemente hubiera marcado el TD igualmente más adelante. O en el peor de los casos lleva el partido a la prórroga. Pero en aquel momento no había nada que frenara la confianza del mayor de los Manning.
Dice la leyenda que el equipo que gana al otro en la temporada regular llega más lejos en la post-temporada. Yo solo digo que la temporada pasada los Patriots no levantaron cabeza desde su derrota en Indy y acabaron destrozados por Baltimore en casa. Tendremos que esperar hasta enero para saber qué pasa este año, pero ya podéis dar por hecho que ambos equipos van a estar en playoffs. Si se llegan a enfrentar es muy probable que el partido se vuelva a jugar en Boston. Hará frío. Habrá ruido.¿Nevará? Apuesto por Brady. Estamos en noviembre. Soy un jugón. Solo sé que si esto se repite no me lo pierdo ni por todo el oro del mundo. ¡Viva el football!
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