lunes, 15 de noviembre de 2010

Una noche en territorio “indio” (Atlético de Madrid 3 - Osasuna 0)

Como iréis viendo este post no será como otro cualquiera en el que hablo de un partido de Osasuna. Para empezar el título no es como los anteriores (por cierto, esos títulos de "Mis apuntes de…" están en peligro de extinción, me han dejado de gustar), y el aspecto futbolístico lo voy a dejar en un segundo plano. Las razones son variadas. Lo que principalmente me empuja a olvidarme del lado "deportivo" del asunto es que tuve la oportunidad de estar en el Calderón viéndolo en directo, así que hay muchas cosas que me gustaría contaros, cosas que no leéis en otros sitios, que no os cuentan en los periódicos. La otra razón de peso es que con un 3-0… a uno le apetece más analizar el mercado bursátil (y eso que no tengo ni idea) que el desarrollo del partido. Pero bueno, por no olvidarme del todo de que ahí se jugaba a fútbol os diré que me pareció en líneas generales un partido bastante correcto de Osasuna en lo que a planteamiento se refiere. El equipo tuvo más posesión de lo que nos tiene acostumbrados lejos de Pamplona e incluso fue capaz de crear alguna ocasión muy clara. Pero con lo que le cuesta a Osasuna marcar gol fuera de casa y con la calidad del rival todo quedaba pendiente de jugar un partido de máxima concentración atrás y sin errores. Nada más lejos de la realidad. Un error y una mala decisión de Ricardo y un partido muy flojo de los centrales (en especial de Lolo) decidieron el partido en 45 minutos. Luego ya con la expulsión de Monreal el partido fue un puro trámite que Forlán se encargó de cerrar.


Y hasta aquí lo deportivo, como veis por suerte para casi todos he sido más breve de lo habitual. Ahora os cuento mi experiencia en el Calderón. Tenía muchas ganas de ver un partido fuera de casa de Osasuna porque hacía mucho tiempo ya del último (si todo va bien y hay suerte repetiré en Bilbao en un par de semanas, ¡¡crucemos los dedos!!). Además el hecho de que fuera en el Vicente Calderón me motivaba por partida doble: por un lado volvía al lugar donde viví uno de los días más bonitos como osasunista (si Burdeos me lo permite) y por otro lado iba a tener la ocasión de vivir en primera plana cómo era una de las aficiones que más curiosidad me genera de toda la Primera División. Algún día si tengo tiempo escribiré mis pensamientos sobre todo lo que rodea al mal-llamado "pupas" del fútbol español, pero hoy vamos a los hechos objetivos, a lo que viví en el estadio.

La noche se planteaba fría, así que me agencié el abrigo que me acompañó en mis experiencias por Europa del este y ahí estábamos en nuestro asiento media hora antes del pitido inicial. El ambiente estaba más bien soso, el Frente Atlético cantaba a los suyos pero el resto del respetable esperaba expectante el inicio del partido. Al comenzar enseguida se vio cómo se desarrollaría el partido: el Atlético no era capaz de controlar a los rojillos que pese a tener posesión no creaban demasiado peligro. Las risas burlonas por algunos fallos de Masoud se mezclaban con gritos (e insultos) de desesperación por las imprecisiones de los rojiblancos. Quizás fue porque mi situación en el campo coincidió con la banda izquierda del ataque del Atlético en la primera parte, pero lo cierto es que los principales focos de atención de los colchoneros eran Filipe Luis y Simao. Pero para mi sorpresa no tardó mucho en llegar el "run run" con uno de los "favoritos" de la afición, Diego Forlán. Sí, aunque parezca mentira muchos aficionados no dejaban de criticar cada una de las actuaciones del U-ru-gua-yo. Que si menudo chupón, que si no ha visto a Agüero en tal jugada, que si ha fallado… Ya sabéis, clásicos insultos que nunca entenderé a un jugador así. Curiosamente uno de los jugadores más aplaudidos del rato del "cerocerismo" fue el antaño odiado José Antonio Reyes. La gran mayoría de sus jugadas eran espoleadas por la grada demostrando que este año el andaluz está convenciendo completamente a los socios del Calderón. En definitiva desesperación, impaciencia y bastante descontento con casi todos los jugadores.

Pero llegó el momento en el que Forlán abría el marcador. Entonces no tardaron en sonar los cánticos de ¡¡ U-ru-gua-yo U-ru-gua-yo!! La gente se miraba emocionada. Hubo un amago de cantar con el Frente Atlético (que no pararon en toda la noche dicho sea de paso) pero al final se quedó en nada. Sólo un curioso cántico contra el Real Madrid pareció animar a la gente a cantar. La parte preferida de la grada era algo así como "los vikingos nos van a comer la p...". Vamos, lo mismo que en todos lados, a la hora de animar lo justito, pero cuando hay que meterse con el eterno rival…todos a una (mira, esto me recuerda a un cántico que el Frente también nos dedicó un par de veces a lo largo del partido). Pese a un gran susto de Osasuna que estuvo a punto de empatar, el Kun metió el segundo. El argentino, sin duda uno de lo más respetados por la gente, se llevó una de las ovaciones de la noche al ser sustituido en la segunda parte. Tras su gol ya fue el no va más. Todo el mundo quería a Forlán, al Kun, a Simao, a Valera (me había olvidado de él, pero le ODIAN), a Quique…¡¡todo era una fiesta!! (por lo menos ahí vemos que mis colegas futboleros disfrutaron del bocata)

Y llegó la segunda parte. El ambiente seguía muy frío pero la expulsión de Monreal empujó a los colchoneros de nuevo que corearon el ya clásico "Tonto, tonto" cuando el navarro se retiraba a vestuarios. Pese a que Osasuna siguió plantando cara con 10, los aficionados más próximos a nuestros asientos se burlaban de los rojillos: "¡Qué malos son!", " Me daría vergüenza ser de ese equipo" y demás piropos. Como suele ser habitual en los campos de fútbol los aficionados nos olvidamos enseguida de que sólo unos minutos antes los equipos estaban jugando un partido disputadísimo y que apenas 2 puntos los separaban en la clasificación. En fin, el fútbol es así. Con el último gol de Forlán ya llegó el éxtasis. Puedo asegurar que uno de los aficionados que más le insultaba en los primeros minutos se levantó de su asiento y puso un "Te quiero Diego, eres increíble, no me lo puedo creer" en el cielo madrileño.

Y así fue expirando el partido. Aguantamos el chaparrón de los últimos minutos escuchando comentarios un tanto despectivos hacia la calidad de nuestro equipo (no sabían que éramos de Osasuna, quizás eso ayudó) y nos fuimos del campo un tanto decepcionados. La experiencia fue muy bonita, aunque obviamente el resultado estuvo lejos de lo deseado.


Espero que os haya transmitido más o menos lo que vivimos el sábado en el Calderón y que os haya gustado. Por supuesto si algún colchonero lee esto que no se sienta ofendido por mis comentarios, es simplemente lo que vi en el campo y lo transmito. Todas las aficiones tenemos nuestras "cosas" buenas y malas y cuando tengo que alabar o criticar a la mía lo hago el primero :-)
Un saludo a tod@s!!

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