- Empezaría por la afición, que ayer nuevamente estuvo de 10, pero repito lo de siempre: a la gente la enganchan los jugadores por medio de su garra y su entrega. Ayer vimos un espectáculo radicalmente opuesto al que vemos (y criticamos) habitualmente. Los 11 jugadores que estaban sobre el campo lo dieron todo, achucharon a los rivales cada vez que recibían de espaldas, jugaron al límite, no se guardaron nada. Es la única manera de ganar a un equipo tan superior técnicamente como el Madrid. Pero es que es también la única manera a través de la cual un equipo como el nuestro puede vencer al resto de los rivales y no meterse en el pozo. Esperemos ver la misma actitud en lo que queda de liga contra cualquier rival, ya sea en casa o fuera de casa. En esas condiciones la afición responderá como lo ha hecho siempre.
- Anoche hubo dos personas que sobresalieron sobre el resto. El primero fue Camacho, que planteó el partido de tal manera que el Madrid tuvo que jugar al pelotazo. Me puedo imaginar la cara del míster murciano cuando recibió la noticia de que Xabi Alonso se quedaba en el banquillo. No tuvo más que poner a Pandiani y Aranda en paralelo para taponar la salida del balón de los centrales del Madrid y el equipo blanco se resquebrajó por completo. La única solución que les quedó fue recurrir a los balones largos y esperar a que Osasuna diera un bajón y les regalara metros en los últimos minutos. Mourinho, dicho sea de paso, nunca supo reaccionar. Camacho, del que ya di mi humilde opinión el día antes del partido, volvió a demostrar que sabe plantear muy bien los partidos en lo que a no dejar jugar al rival se refiere. Y así le avalan los buenos partidos que Osasuna hace habitualmente contra los grandes, contra los que solo hacía falta poner la guinda, como ocurrió ayer. El problema viene cuando se juega contra la clase media-baja de la tabla, contra esos equipos que no tienen la presión de ganar del Madrid y te invitan a jugarles más al ataque. A esos equipos hay que dominarles, crearles ocasiones. Ésa ha sido y es la asignatura pendiente de Camacho y Osasuna desde que el entrenador llegó en 2008. Y es un lastre que nos hace sufrir temporada sí, temporada también.
- El otro gran triunfador de la noche fue Carlos Aranda. Hace ya varios meses que llevamos dándonos cuenta de que Aranda se está convirtiendo en la referencia absoluta del equipo, pero es que con la ausencia de Juanfran su figura puede convertirse en aún más imprescindible. Sus desmarques a la espalda de los centrales y los laterales dan un desahogo que un equipo tan falto de creatividad en el centro del campo como Osasuna agradece infinitamente. Además está en un estado de gracia en el que le salen todos los regates y se le ve con mucho más aguante y velocidad que nunca. La manera en la que ayer sujetó al equipo y aguantó el balón en los últimos minutos recordó al mismísimo Savo Milosevic, y eso son palabras mayores.
- Buen partido de Coro y del otro 'fichaje de invierno', Javier Camuñas. Tanto el recién llegado como el recién recuperado de sus problemas físicos van a tener la responsabilidad de desbordar y probablemente la de marcar goles en los partidos venideros. Los dos jugadores, habilidosos donde los haya, son de lo mejorcito técnicamente hablando y son los que tienen que aprovecharse del estado de gracia de Aranda (como ya hizo Camuñas ayer) para enredar al máximo.
- Excelente actuación ayer también de la defensa y los medios centros. El Madrid inexplicablemente recurrió al pelotazo hacia Adebayor cuando Osasuna tiene en Sergio a uno de los mejores centrales de la Liga defendiendo balones altos frontales. Flaño estuvo contundente al corte y en el uno contra uno y Damiá se marcó un partidazo defendiendo a Cristiano. La diferencia entre achuchar a un rival cuando recibe de espaldas dejándole pequeños recaditos y dejar que se dé la vuelta es lo que hace que puedas ganar el partido como ocurrió ayer o perderlo por 0-3. Bien Puñal y Soriano/Vadocz presionando a Khedira para que no pudiera jugar con comodidad y así resaltar sus limitaciones con el balón en los pies. Quizá lo único que eché de menos es haber impedido que Ozil entrará tanto en juego en fases del partido, pero bueno, es lo que tiene defender a tanto 'jugón'.
- Finalmente, aunque ya lo he dicho, 'chapeau' para la afición. Los que tuvimos la suerte de estar en el estadio vivimos una fiesta como las que ya no recordábamos y nos lo pasamos en grande. Lo único que no me gusto fue la insistencia de algunos en desear la muerte a Cristiano Ronaldo. Al fin y al cabo el tío, que busca la mínima excusa para calentar a la grada, ya se lleva suficientes insultos. Desear la muerte a alguien está feo. Con que se vaya del campo picado como un niño de 7 años que no sabe perder ni a la Play debería ser suficiente.
Y eso es lo que os cuento. Igual me he extendido más de lo habitual para un partido de Osasuna, pero que queréis que haga, ayer todo funcionó según lo previsto y para una semana que tenemos cosas positivas que contar… ¡habrá que aprovechar! No me quiero emocionar porque esta situación ya la hemos vivido anteriormente esta temporada y luego me he llevado decepciones, pero como mínimo podemos mirar el horizonte con algo más de optimismo. A ver si Aranda y Camuñas siguen a este nivel, Coro sigue aportando cosas y Cejudo se adapta bien al equipo para poder tener una segunda vuelta tranquila.
¡¡Aupa Osasuna!!